no es realmente un perrito, si no un roedor endémico de México que se encuentra en peligro de extinción. Además la IUCN lo considera muy raro y con una tendencia de la población desconocida.
Está en peligro ya que quedan perritos llaneros en un área total menor de 600 km2; además este área está altamente fragmentada y por si no fuera poco, está perdiendo terreno, extensión y calidad de hábitat a una velocidad muy alta. Como consecuencia el número de localizaciones y subpoblaciones está disminuyendo también.
HÁBITAT Y ÁREA DE DISTRIBUCIÓN
Este encantador roedor es uno de los perritos de la pradera correspondiente a este género nativo de América del Norte. Está relacionado con las ardillas, tamias y marmotas.
Esta especie en concreto es endémica del norte y centro de México, y se le encuentra en los estados Coahuila, San Luis Potosí y Nuevo León. En otros tiempos también se le encontraba en Zacatecas. También pueden haber en el Desierto Chihuahuense.
Los perros llaneros se encuentran estrechamente asociados a zonas semiáridas con praderas y pastizales, caracterizados por matorrales xerófitos (adaptadas a ambientes secos), pastos y plantas rasantes.
Las praderas donde viven no son húmedas, ya que la precipitación aproximada anual está entre 250 y los 750 mm. Además tienen un alto índice de evaporación y sequías anuales y estacionales.
Habitan en altitudes de los 1600 a los 2200 metros
AMENAZAS
Está perdiendo hábitat debido a la expansión de la agricultura y las ganaderías. De hecho, para deshacerse de estos roedores han llegado a exterminarse colonias enteras mediante veneno. Y es que a pesar del papel clave que tienen los perros llaneros en los pastizales, han sido víctimas de campañas de exterminio (no solo con veneno, sino también con trampas y mediante la caza). Al inicio del siglo XX ocupaban de 40 a 100 millones de hectáreas de los pastizales de América del Norte, pero como se consideraba que eran competidores del ganado por el pasto y que podían causar fracturas en las patas de las vacas por las madrigueras, comenzó una campaña de erradicación.
La situación es preocupante ya que han perdido el 65 % de su hábitat y ya se considera desaparecido de Zacatecas, estado que representaba el 10 % de su área de distribución original. San Luis de Potosí representa un 25 % de su área original amenazada por la conversión a terreno para la agricultura y por la extracción de agua que ha secado muchos suelos y pastizales.
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